miércoles, 26 de diciembre de 2012

Los unos y los otros

“La felicidad no es un derecho automático que recibimos con el certificado de nacimiento es el resultado de la forma en que actuamos y enfocamos la vida”. Anónimo.

Los unos trabajan con entusiasmo para alcanzar sus metas, no se agobian con pensamientos negativos, saben que estos solo le quitaran impulso. En cambio los otros, son personas que no saben manejar sus carencias o desprenderse de ellas, están en constante queja y disconformes con todo. Su forma de relacionarse con el mundo es destructiva y contaminante, su habla es reactiva, siempre están a la defensiva, proyectan hacia los demás solamente lo malo que sienten por dentro.

Los que aman sentirse bien saben que pueden apoyarse en la audacia, que pase lo que pase, solo siendo audaces encontraran el lado positivo a las cosas, los audaces si tienen un limón hacen limonada, si tienen un desafío lo aceptan, no importa el riesgo, porque para ellos, un error no es un contratiempo, es una oportunidad. En cambio los otros son timoratos que no hacen nada para cambiar la realidad en la que se encuentran inmersas, siempre están conjurando sus insatisfacciones, sus temores y desde ahí proceden y actúan.

Mientras los unos saben qué cosas les hacen felices y las concretan con entusiasmo, saben calibrar cada momento, cada situación, saben identificar la verdadera amenaza, no andan por el mundo defendiéndose cual Quijote de gigantes que no existen, o luchando contra fantasmas que solo pertenecen a su imaginación.

Los unos quizás no trabajen en lo que aman, pero practican una actividad, un hobby o un deporte que les renueva su espíritu audaz, ingrediente indispensable y vital para alcanzar la alegría de vivir. En cambio los otros siempre andan penando por la vida cansados, desorientados y aburridos, siempre están en su peor momento, descuidados hasta con su persona, carentes de proyectos, personales o familiares.

Los unos buscan constantemente la felicidad, agradeciendo por cada instante vivido, porque saben que en la vida es imposible ser agradecido e infeliz al mismo tiempo.

La felicidad siempre será para aquellos que se respeten, se valoren y se quieran, los agradecidos por cada instante, aquellos capaces de dar gracias por las pequeñas cosas, como el café de la mañana, el beso de “un buen día”, o la caricia de un ¿Cómo estás?... Esos son los unos, esos son los audaces, esos son los ganadores. En cambio aquellos que están ocultos y paralizados en la quietud de la duda, son los otros, los perdedores, los timoratos, los que caminan en una triste proseción de odios, rencores y miedos, buscando la nada. LUÍS ALBERTO.

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