martes, 27 de noviembre de 2012

Martin y el Instructor

Eran aproximadamente las cinco a.m., Martín caminaba lentamente por el gastado pasillo. Era su último día, se había levantado más temprano que de costumbre, necesitaba caminar. En ese mismo lugar ya hace un tiempo, había caminado su padre.

También necesitaba pensar, recordar, todo había sucedido tan rápido y ahora, a punto de egresar, tenía dudas, nervios, preocupaciones, alegrías. Tantas emociones y todas juntas. Atrás quedaron el dolor, el desarraigo, algún viejo amor, los amigos, el barrio.

- Que bárbaro. Pensó nuevamente ¿Cómo paso todo tan rápido?

De pronto observó una figura al fondo, se acerco rápidamente y lo vio. Era Su instructor, aquel quien guiara su vida en este tiempo, aquel quien le enseñara tantas cosas, como que el saber, estaba justamente en saber diferenciar entre el querer, el ser y el parecer. Quien le explico que lo poco a veces es suficiente, y que lo mucho no siempre es lo mejor.

Lo saludó militarmente, recibiendo un calido. - Buenas noches muchacho, ¿no puede dormir?

- No, estoy un poco emocionado. Respondió. -Mañana egresamos y estoy ansioso, necesito pensar. Creo que estoy con algunas incertidumbres y por supesto algo de miedo también. Dijo Martín.

- A mi, en otros tiempos me pasó lo mismo, ahora que lo pienso mejor, fue un buen momento, pensar en las cosas que pasaron, en las cosas que vendrán, los nuevos desafíos, viene bien, pero, permítase vivir este momento, disfrútelo, porque cada minuto que pasa no vuelve y no sabemos con que nos sorprenderá la vida mas adelante.

- Debe tener en cuenta, es que si camina en forma recta y honrada, lograra plenamente el ansiado éxito. La anhelada sabiduría llegará en la medida que concrete el hoy, en este preciso momento.

- Viva la emoción de sus horas de éxito, de los logros alcanzados, celebre siempre sus triunfos. No deje nunca que ni el pasado ni el futuro lo paralicen. Porque ambas cosas pueden consumirnos, estancarnos o paralizarnos.

- Muchas cosas nacen de la incertidumbre y el miedo. Para luchar y vencer a la incertidumbre debe usted anticiparse, ver más allá de lo evidente, no dejarse sorprender, pero esa visión la tendrá, siempre y cuando disponga de una mente abierta.

- Con respecto al miedo, recuerde usted que este tiene tras acepciones, el susto, el terror y el pánico, y nace en la creencia de sentirse ganador o perdedor, cuando en verdad ninguna de estos estados es del todo cierto o al menos permanente. Los más grandes miedos nacen del cambio desde un supuesto estado de seguridad a otro incierto y desconocido, donde aparece naturalmente una sensacion de inseguridad, que no debe preocuparlo,  porque mientras el mundo gire, nada es permanente, menos la evolución humana, por lo tanto el cambio siempre existirá.

- Aun así, esta sensación de incertidumbre, me preocupa. Respondió Martín.

- Es lógico que le preocupe, el futuro es potencial, por eso ser incierto, pero si tiene una visión clara y asume el compromiso necesario, tendrá la fuerza de convertir en realidad cualquier proyecto, recuerde también que toda maduración lleva su tiempo, y siempre la templanza y la prudencia juegan un papel importante en las decisiones.

- Tenga en cuenta también, que la realidad confirmada no siempre es fortuna o casual, muchas veces son aseveraciones firmes y concretas de un buen plan, de un gran proyecto, que sometido a la rigidez de la constancia, bajo el manto de la sabiduría, alcanza el éxito deseado. Por lo tanto preocupese siempre por planificar sus acciones.

- Aun así no debe ser fácil, las cosas están muy mal allá afuera, son tiempos de desconfianza, falta de de valores, de principios, solo se habla de códigos, pero códigos tienes cualquiera, hasta los delincuentes. Agregó Martín.

- Un poeta dijo “Hoy, las familias están en crisis, los hijos no respetan a sus padres, los padres no tiene el manejo de sus hijos, los valores están en peligro. Existe un libre albedrío que asusta”. Esta frase te parecerá familiar y conocida. Lo sorprendente es que lo dijo Publius Vergilius Maro, mas conocido como Virgilio un poeta romano que vivió entre los años setenta y diecinueve antes de cristo.

- Todas las épocas tienen su conflicto, el ser humano constantemente trata de distorsionar la magnitud de sus logros o sus amenazas, es una forma de justificar su error o magnificar sus logros. Usted en cambio trate de que sus fuerzas sean autenticas y genuinas, así sus actos serán lo mas parecido a la realidad.

- Recuerde caminar siempre con la frente bien alta, que la honradez y el honor no se negocian y que el dinero solo sirve si lo ayuda a crecer como persona.

- Cuando hable, trasmita sus ideas en forma clara y sencilla, con palabras armoniosas y coherentes y de ser posible, pocas, recuerde que la paz siempre está en el silencio, por lo tanto hable solamente cuando sea necesario.

- ¿Qué puede decirme de la reciprocidad y de la justicia? Me gustaría ser equitativo, alguien a quien consideren justo. Dijo Martín.

- Lo que llaman reciprocidad. Es la manera de cómo se debe tratar a los demás. Cada uno recibe según lo que da, hay dar hasta el dolor, decia la MadreTeresa , hacer algo por los demás siempre, para entonces recibir siempre lo mejor.

- La justicia…Tanto se habla de la justicia y poco se dice de la igualdad, no se puede ser justo si no tratamos como iguales a nuestros semejantes, “unidos en la diversidad”, dicen por ahí. Sin igualdad no es posible la justicia.

- ¿Quiere ser equitativo?, practique constantemente la acción del perdón, aunque duela, aunque no lo entiendan, perdone siempre, todos merecen las oportunidades necesarias para poder ser y ningún pensamiento oscuro le servirá para alcanzar un propósito.

- Por sobre todas las cosas valórese, respétese y confíe en usted. Porque donde no exista estima, hay duda y temor. La estima es el combustible que nos permite saber que tenemos todo el apoyo que necesitamos para desarrollarnos plenamente en está vida.

- Bueno muchacho, espero que su camino sea luminoso, recuerde que de usted depende alcanzar la felicidad y nunca olvide de donde viene, eso lo ayudara a llegar lejos, porque opera como un trampolín.

- Rece siempre que se sienta solo, aunque crea que Dios no lo escucha, El lo entenderá, porque lo conoce, El lo creó a su imagen y semejanza, pídale no solo por usted, pídale también por los demás. Lo miro fijamente a los ojos, le dio abrazo y se fue caminando despacio.

Martín quedo en silencio recordó sus palabras… actitud…motivación… compromiso… presente, pasado y futuro…Dios…recordó a su padres, a sus hermanos, a sus amigos, a todos aquellos que formaron y forman parte de su vida. Entonces sonrió alegremente…

Entonces si, una vez mas y por ultima vez, en ese Escuadrón, su viejo Escuadrón, dijo…Cuartelero encienda las luces… Escuadrón terminado… formar por secciones…(Dedicado a Martín Cáceres, a Pío, Griselda, Matías, Alberto y piito y a todos los egresados de los Institutos Militares, de Seguridad y Policiales que este pequeño relato recuerde aquella última noche en un cuartel a punto de salir a probar las herramientas otorgadas por aquellos sabios y sacrificados Instructores y Subinstructores). LUÍS ALBERTO.

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