lunes, 12 de noviembre de 2012

Los paradigmas

Desde el comienzo de los tiempos el hombre en su afán de satisfacer sus necesidades y ante la necesidad de afianzar la convivencia social, fue creando una serie de “verdades universales” que parecen absolutas e irremplazables, llamados paradigmas.

El termino paradigma proviene del Griego Paradeima, es decir es un modelo, un tipo, un ejemplo. etc. Por lo que podemos afirmar que un paradigma es el resultado tanto de los usos y costumbres como de creencias establecidas como verdades, para el hacer, el sentir y el creer de un pueblo.

Un paradigma es considerado una ley universal, las comunidades actuales tanto científicas, religiosas o políticas han impuesto de todo, desde dioses hasta códigos, creencias, costumbres, valores tanto sociales como de convivencia.

Cuando se da por sentado un paradigma, se crea un espacio-tiempo lineal en donde nada cambia y se establece como una verdad inmutable, en ese contexto la evolución parece estancarse e esta es una de las razones porque algunos paradigmas pueden tener vigencia durante siglos sin cambio alguno.

Un paradigma puede influir en nuestra percepción de la realidad, afectando la percepción de los fenómenos y evitando así que se desarrolle libremente nuestra capacidad visual conceptual (interpretación), y no solo eso sino que además también puede controlarnos, definirnos, limitarnos en las soluciones ante las diferentes alternativas posibles.

Actualmente se habla mucho de los “cambios de paradigmas”, pero debemos entender que en primer lugar para dar lugar al cambio se debe detectar el “porque se produce”. Otro factor preponderante es saber que en todos los niveles, tanto social, como espiritual, conceptual, político, económico, el paradigma en crisis esta unido a otro formando una red donde el cambio afectara indefectiblemente al otro que esta en red.


En el campo militar por ejemplo, los paradigmas van de la mano con la historia, la leyenda y el mito, y se apoyan tanto en estrategias, tácticas o técnicas como en tradiciones, hazañas y glorias, donde el coraje, la mística y el honor juegan un rol fundamental. Esta situación hace que aunque la necesidad o la crisis aconseje cambios rotundos, cambiar un paradigma en este campo, es mas complejo.

En cambio, en otros campos donde no esten tan ligados entre si los paradigmas, el cambio es menos difícil, porque el paradigma vigente forma parte de un estadio normal, al presentarse una crisis y la necesidad del cambio, este entra en una secuencia que gira en espiral creando una revolución científica nueva estableciendose un nuevo paradigma, que forma una nueva realidad formal normal y todo empieza de nuevo.

En las grandes crisis donde los cambios son  profundos y  el golpe energético es muy fuerte, las variantes como  la velocidad o la intensidad juegan un rol trascendental, es extremadamente difícil que el romper con los viejos paradigmas, sin causar situaciones de caos o desorden.

Antes de alocarse con esta situación se deben observar el  impacto sobre las creencias, porque el replantearse nuevas verdades exige de una verdadera apertura de conciencia y deseo de evolucionar.

También es muy importante ser cautos con el cambio, en aquellos casos donde la evolución de la tecnología o del conocimiento son radicales el cambio de paradigma es vital. Pero existen otra situaciones donde solo se requiere de un cambio de tendencia y con “un solo giro de timón” alcanza para corregir sus efectos.

Los cambios de paradigmas son más complejos de lo que creemos. Lo difícil no es interpretar la necesidad del cambio, lo difícil es iniciar el proceso, si bien este proceso nace de ciertas preguntas que forman parte de la crisis, las respuestas siempre estarán fuera de ella. Tampoco existen fórmulas mágicas para alcanzar el o los cambios, se necesita de una profunda conciencia de la necesidad del cambio, acompañado de una férrea convicción para lograrlo.

También es fundamental poseer la claridad necesaria y la honestidad suficiente acerca de las acciones, motivos, sentimientos, deseos, a realizar, es muy útil tomarse un oportuno silencio para escuchar la dirección de Dios, la propia voz interior o la conciencia.

Tampoco actuar solo, cuando mas profunda sea la necesidad del cambio, mas es necesario la participación del otro, recuerda siempre que en el intercambio de ideas y acciones, esta la oportunidad de obtener diferentes perspectivas de las cosas.

Por ultimo lo mas importante es tener la decisión y el compromiso para el cambio, las buenas intenciones no son suficientes, alguien dijo “El infierno esta alfombrado de buenas intenciones”. No solo basta con querer, se debe también creer en el cambio.

Una vez decidido al cambio, comprometerse enérgicamente en provocarlo convencido de que estar haciendo lo que se debe y se quiere, con la fe de que se puede. LUÍS ALBERTO

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