miércoles, 14 de noviembre de 2012

La escucha oportuna

Una escucha oportuna además de permitir ver la realidad en la que estamos inmersos, nos conecta con las emociones ajenas y ayuda a establecer constructivas conversaciones en pos del desarrollo de proyectos comunes con nuestros semejantes.

Osho, dice que hay tres modos de escuchar. Primero, a través del intelecto, significa que mientras estás escuchando, simultáneamente estas argumentando en tu interior, es un constante debate con tus propios conceptos, con tu ideología. Segundo, a través de la emoción, la simpatía y el amor, es una actitud amorosa estás escuchando música u observando una danza, no te acuerdas del intelecto, empiezas a participar. Y tercero, mediante la totalidad del ser, mediante la fe, es la escucha total, no eres solamente el danzador sino la danza misma.

Bernard Ferrari nos enseña tres aspectos básicos para una buena escucha. El primero está relacionado con el respeto, no escuchar distorsiona la conversación y deteriora las relaciones. El segundo está conectado con el silencio: la conversación es una oportunidad para pensar juntos, no para imponer nuestras ideas. Tercero la escucha abierta a la posibilidad de desafiar y revisar nuestras creencias y las de nuestros interlocutores.

A la vez, el mismo Ferrari, nos presenta seis malos escuchadores El opinador, quien escucha simplemente para determinar si las ideas de los demás coinciden con lo que él, mientras considera como cierta solo “su verdad”. Los gruñones aquellos que escuchan desde la creencia de que los demás están equivocados, escuchan con desprecio. Los retóricos, aquellos que utilizan la conversación para enviar advertencias o para generar respuestas determinadas. Los perseverantes, que hablan mucho sin decir nada convirtiendo a la conversación en algo que no avanza. Los hombres respuesta, alguien programados solo “para dar soluciones”, incluso antes de que haya identificado el problema. Por ultimo el impostor, aquel sujeto que finge estar en el problema, sin embargo poco le importa el otro y sus intereses son ajenos al grupo.

Después de analizar estas clasificaciones y conceptos de estos grandes pensadores, es importante reflexionar acerca de quienes somos en nuestra escucha, porque puede suceder que por desconocimiento, apresuramiento o confusión, en algún momento, todos, podemos pertenecer al grupo de los “malos escuchadores” definidos por Ferrari, por el solo hecho de no respetar los aspectos básicos de una buena escucha.

Es muy importante entender que la discreción en la escucha nos permite siempre aprender cual es real situación y nos ayuda a reflexionar sobre aquello que tenemos que debemos y podemos modificar en nuestras vidas, no solo para sentirnos mejor sino para identificar y superar  aquellos conflictos que podamos vivenciar.

Entonces amigos, tratemos de respetar al otro con un oportuno y hermoso silencio, el mantenerse silentes siempre ayuda y mucho, además nos permite estar ubicados en tiempo y espacio, porque si andamos desubicados por la vida y desatentos a las oportunidades corremos el riesgo de ser tristemente sorprendidos por la realidad. LUÍS ALBERTO.

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