jueves, 6 de septiembre de 2012

Maytza

Puerto Piray, kilómetro veintidós sobre vieja Ruta Nacional doce en la provincia de Misiones, República Argentina, un lugar paradisíaco.

En ese lugar funcionaba la vieja planta pastera “Celulosa Argentina”, la cual pertenecía a una fusión de empresas italianas, canadienses e irlandesas, cuyos operarios vivan en el lugar con sus familias compartiendo alegremente sus culturas con el resto de los habitantes del lugar.

Parte de mis vacaciones las pasaba en ese lugar, en la casa de la familia Peña, emparentados con nosotros de alguna manera, gente humilde y trabajadora, la vivienda de esta familia estaba ubicada en el centro de una hermosa pradera, rodeada de bosques y pinos lo que hacia del lugar algo muy particular tanto por el sonido del viento, el trinar de los pájaros como del característico aroma a fresco propio de la selva.

Rodeaban a esta vegetación las viviendas de los canadienses y de los irlandeses, lugares que visitábamos a menudo con los otros chicos, escuchando hermosos relatos acerca de historias y sucesos de magia, druidas y hadas.

Era una hermosa noche, estrellada, la luna llena daba un mágico toque de plata a la selva, no podía dormir porque estaba fascinado por el canto de alegre y divertido de cientos de pájaros, desde la ventana se podían ver el vuelo de mariposas que revoloteaban sobre multicolores flores.

Estaba tan entusiasmado que se me ocurrió salí a escuchar a los pájaros fuera de la casa, camine despacio hacia el bosque, no tenia miedo, al contrario me invadía una hermosa paz mezclada con cierta ansiedad.

De repente escuche una risita traviesa, giré la cabeza y observé a una niña sentada, vestida con una hermosa túnica azul, su larga cabellera negra y sus movimientos la hacia muy linda y simpática.

- Hola Luisito, dijo.

- Hola conteste, ¿Cómo sabes mi nombre?, ¿me conoces?.

- Si siempre te veo jugar con tus primos, son muy divertidos y alegres. Mi tía Sarah, dice que ustedes son chicos buenos.

- ¿Por qué no venís a jugar con nosotros?, pregunte.

- Permaneció un instante en silencio….haciendo un gesto con sus hombros dijo...no se.

- Con una nostálgica mirada hacia la luna dijo… Mi nombre es Maytza, soy un hada, nosotras vivimos en el bosque.

- Que lindo agregue, contame de tu vida.

- ¿Quieres pasear?, veni te llevo. Tomándome firmemente de la mano me elevó a lo alto, la verdad es que me asuste un poco, estábamos volando… y volábamos alto… y llegamos al cielo.

El espectáculo era hermoso se podían ver las luces de las ciudades… y seguimos volando, pasamos cerca del sol, llegamos a las estrellas, yo estaba maravillado, hasta que de pronto me colgó en una estrella que parecía una media luna.

- Que hermoso es esto, que lindo, que bien se siente estar acá tantas luces de colores, tanta paz, el sol me miraba, las estrellas me sonreían, quédate al lado mío Maytzah, tengo miedo de caerme.

- No te preocupes Luisito solo mira y disfruta.

Mire mi alrededor, veía toda la tierra, podía ver a los elefantes, a los leones, las ciudades, los juegos, los parques, todo lo que se me ocurría podía ver o sentir. Que lindo, no quería que ese momento se terminara.

Hasta que de repente todo empezó a cambiar.

- ¡Ayúdame Maytza, estoy cayéndome!

Pero Maytza ya no estaba, y yo seguía cayendo, no sabia que hacer y me sentí impotente. Ya sin fuerzas, cerré los ojos esperando lo peor. Mi amiga simplemente había desaparecido.

Hasta que un golpe en la espalda me sorprendió y me vi nadando en un tanque australiano cerca de la casa de mis tíos. Trate de seguir nadando pero no pude, empecé a hundirme hasta que llegue al fondo del tanque, pero no terminó ahí, yo seguía hundiéndome en ese barro feo y sucio.

- Que lugar feo, que triste, tengo que salir de acá como sea o me voy a morir, pensé, ¿Como diablos me metí en esto?

Y trate de salir, saque fuerzas de donde no tenía y me esforcé más y más, empecé a flotar suavemente hasta que por fin pude sacar la cabeza, Salí del tanque y la vi sonriente y feliz.

- ¿Que me hiciste amiga? ¿Porque permitiste esto?, estaba tan bien allá arriba y me dejaste caer hasta este lugar feo, sucio, casi me muero.

- Ningún lugar es para siempre Luisito.

- En la vida, tendrás mucho de estas cosas, llegaras a lo alto, pensaras que será para siempre, pero no será así, a veces una caída es necesaria, no se porque, pero nos caemos, no podemos evitarlo, es la ley del universo, lo determina el campo energético.,

- ¿El que?, pregunte entre sorprendido y confundido, porque además de mojado estaba malhumorado.

- Mejor sentémonos y hagamos un fogata así te secas.

- Bueno dale, hicimos una pequeña fogata y mi amiga continuó.

- El campo energético es el culpable de que todo salga bien, por eso debiste caer, hasta el barro y mas allá, eso no es malo, lo malo es quedarse en el barro, creyéndote merecedor de estar ahí.

- Pero no, la verdad es que todo esto era necesario para que puedas ver la realidad desde otro lado.

- La verdad es que fue lindo, agregue, como lindo es compartir esta fogata con vos amiga. Tengo otra pregunta.

- Si mi vida va a ser algo parecido a esta experiencia, me asusta un poco. ¿Cómo se hace para no confundirse estando arriba y como soportar el golpe al caernos?.

Me contesto con una frase que me ayudo a tomar mejores decisiones el resto de la vida.

- Amiguito, debes estar siempre en lo alto sin estar en las nubes como también estar en la tierra sin estar en el barro, todo es cuestión de manejar tu campo energético.

- ¿Y, cuando tenga dudas, cuando tenga miedo o cuando no sepa que hacer?

- El destino te ayudara a elegir, no tengas dudas.

- Que lindo momento pasamos, ¿nos volveremos a ver?,

- Seguro que si, agrego, nos dimos un gran abrazo y se fue volando.

….La vida estaba difícil, complicada, las cosas no estaban bien, tenida muchas dudas y estaba confundido, muchas preguntas sin respuestas, muchas cosas sin resolver.

Llegue a mi casa como siempre salude a mis hijos, a mi esposa, y ella como me conoce y bastante, sin decirme nada nada, me entrega un papelito con una dirección y un nombre, solo agregó.

- Mañana a las siete y media.

…Caminaba lentamente enfundado en mis problemas cuando recordé “mañana a las siete y media”…Claro la cita, camine rápidamente, toque un timbre… una voz.

-Por favor, pase  espere, obedecí, pasé y esperé.

Por la ventana escuchaba el trinar de pájaros y observé el vuelo de algunas mariposas, que raro, recordé que en Buenos Aires no había mariposas. Que lugar agradable, pensé, parece conocido. De repente aparece una mujer imponente.

- Mucho gusto soy Luís, quisiera contarle algunas cosas. Sonriendo, me miro a los ojos y asistió afirmativamente.

- ¿Pudiste leer el papelito que te entrego tu esposa?

Recordé el papelito, lo saqué del bolsillo… pude leer un nombre Maytza.

Al despedirme camine lentamente hacia mi casa, pensaba en muchas cosas, en estar arriba con las estrellas, en estar en la tierra o mas abajo, en un tiempo de hadas y druidas, de gnomos y duendes, en las veces que creemos estar en la gloria y solo estamos confundidos, o cuando estamos en el fondo sin saber que podemos estar a punto de salir a flote …

Entonces, pude reír alegremente, de la vida y de su campo energético … entonces di gracias a Dios por mis problemas, por mi familia, por ese ángel que me enseñó el arte del cambio y que cuando cambiamos, todo nuestro alrededor cambia también, por esos tres duendes que tantas satisfacciones me dan diariamente, por mi mascota Héctor y especialmente por el hada que me ayudo a encontrarme después de mucho tiempo. LUÍS ALBERTO.

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