lunes, 19 de septiembre de 2011

La Prudencia y la audacia

“Quien quiera ir lejos que cuide su montura”, expreso un gran filosofo.

Para la adopcion de una resolución y desde el momento mismo de la existencia de cualquier adversario, las posibilidades de enfrentamientos aumentan por lo tanto se  requiere de una adecuada apreciación de la situación, donde la audacia y la prudencia juegan papeles preponderantes. 

La prudencia siempre da confianza e infunde seguridad entre los hombres, un Jefe prudente sabe que para  superar satisfactoriamente las circunstancias adversas o insólitas, el  razonamiento debe formar parte del equipo intelectual del Comandante.

Un Jefe prudente no puede dejarse desbordar ni por si mismo, ni por las urgencias del conflicto, ni por la ansiedad de sus hombres. 

Este razonamiento ayudará a alcanzar una actitud serena, la que evitará que la desorganización y el nerviosismo se generalicen.

Dentro de un Teatro de Operaciones el Comandante estará siempre frente a un cuadro dinámico,  aquí la incertidumbre impacta directamente en la iniciativa y en el arte de Comandar.

Cuando el hombre de acción ya sea general,  político o industrial se pone en acción, pone a prueba su temple,  su capacidad de mando y su ascendiente y si bien es cierto que debe ser prudente y sereno, las situaciones  varían de acuerdo a las circunstancias.

Cuando se cree que se esta al borde del abismo y sin tiempo para realizar una apreciación adecuada, es necesario tener una dosis de audacia, decisión, ingenio e imaginación, porque existen casos donde es necesario arriesgarlo todo como si fuera un cirujano realizando una delicada operación del corazón.

La audacia es una cualidad muy apreciable porque permite que el Comandante pueda resolver reflexivamente  al momento de  correr  un riesgo, en esos casos debe moldear los hechos como si fuera una delicada arcilla,   porque sabe que de esa misma manera lo están moldeando a él y que un enemigo audaz y decidido, sereno y prudente puede anticiparse a los hechos, esta es la razón por la que un plan no debe ser concebido bajo la influencia de la soberbia.

Un general puede quedar preso de su propia idea y aunque tenga un plan completo y prudente, si no es un plan audaz, sin dudas fracasará.    LUIS ALBERTO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario