En aquellos momentos en que el dolor destroza tu alma, y solo ves que negras nubes y oscuras tormentas destrozan tu futuro.
Cuando sientas que tus pasos se frenan y te caes de rodillas. Cuando el dolor te parta el alma, recuerda que nada se consigue sin dolor.
Desde la loca pasión hasta la exaltación del sentimiento mas puro, desde el sacrificio más humilde hasta el orgullo personal, desde el duro trabajo diario hasta el intelectual, desde el conocimiento intimo hasta el conocimiento de Dios.
Todo lo que se te ocurra y aun más, esta regido por la ley del dolor, porque el dolor es sublime y por ser patrimonio de Dios, al pasar por el siempre serás purificado y rejuvenecido.
Cuando estés en ese momento, cuando el dolor te parte el percho, recógete a ti mismo, controla tu ira y busca a través de la oración y de la fe la presencia de Dios, bendícelo con todo tu alma y todo tu ser, así podrás entender la justicia y la caridad divina con la misma intensidad que ese dolor.
Así podrás elevar tu pensamiento y tu corazón a lo alto, sentiras que eres libre y que ninguna circunstancia, por más adversa que sea, impedirá tu caminar.
Recuerda que dentro de ti existe un maestro con capacidad de encender la chispa que necesitas para alcanzar la sabiduría.
Entonces amigo, no temas, olvídate del dolor y no permitas que las corrientes negativas se apoderen de ti. Piensa que mientras exista dentro de ti un vestigio de voluntad existirá un camino. LUIS ALBERTO.
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