La toma de decisiones

Algunos pensadores afirman que la mejor decisión se logra a través de un análisis racional, y lógico, mientras que otros defienden la corriente de que la mejor decisión es la que se logra con creatividad.

Lo cierto es que ambos métodos exigen un razonamiento sistémico utilizando alternadamente el pensamiento racional y la intuición, ajustado a diferentes variantes metodológicas.

Debemos tener en cuenta que los actuales ambientes operacionales y las políticas son dinámicas, confusas e inciertas y hacen que las relaciones entre la estructura, los grupos y los integrantes sean cada vez más complejas, influyendo directamente en la toma de decisiones.

Tampoco debemos olvidar los factores de impacto, estos pueden ser económicos, sociales, humanos, tecnológicos, ambientales, etc, estos factores o variables pueden presentarse en forma muy difusa, tornándose difícil su identificación y cuantificación al momento de tomar las previsiones para neutralizar sus efectos.

Una de las más grandes falencias y que han llevado a grandes catástrofes fue justamente manejarse con impulsos carentes de un análisis adecuado.

Esto no quiere decir que debamos aferrarnos a recetas o soluciones estructurales, sino realizar un proceso dinámico que permita romper viejos paradigmas que solamente sirven como justificadores de principios filosóficos obsoletos.

Para lograr esto es importante realizar un proceso mental dinámico, con un debido proceso lógico de razonamiento, donde interactúan tanto lo científico como lo intuitivo, sin aferrarse a esquemas rígidos.

Podemos afirmar entonces que, la toma de decisiones es la resultante de dos procesos diferenciados y complementarios entre sí.

Uno intelectual, lógico, científico, intuitivo y flexible, que nos indica como se debe interpretar la información, como identificar adecuadamente la conexión entre los diferentes problemas, planificar actividades para optimizar el empleo de los medios y valorar el sentido de la oportunidad.

Y un proceso creativo, que nos indica como romper con los marcos rígidos y las recetas predeterminadas (aunque hayan sido exitosas), apostando a la creatividad.

Si realizas un proceso dinámico, ya sea dentro de la creatividad o de la ciencia, sin buscar fórmulas mágicas, con el tiempo necesario para una buena observación y adecuada reflexión, tu proceso será audaz, lógico y único, y aunque parezca loco te asegurará el éxito. LUIS ALBERTO