viernes, 22 de abril de 2011

Cosa de locos

Era un día de verano, era  uno de esos días cuando las lluvias son fuertes y sorpresivas. Yo regresaba a mi casa en compañía de mis hijos. A nosotros la lluvia no nos había sorprendido, teníamos paraguas.

Lo complicado  era la situación,  un verdadero lío, la gente estaba malhumorada, los conductores descontrolados gritaban enloquecidos, todos malos, nadie respetaba a nadie, en síntesis un pequeño infierno.

- Están todos locos, dije. El mas chico de mis hijos me pregunta. ¿Por qué decís que están todos locos?

- Porque están haciendo cosas de locos, contesté. Se quedo pensando.

Mi otro hijo, el del medio,  me pregunta. ¿Y… que hacen los locos Papa?

-Y… cosas de locos, cosas diferentes… que se yo, cosas raras.

El mayor de mis hijos agrego.

-Por ejemplo los grandes científicos siempre fueron tratados de locos, hasta Jesús fue tildado de loco. Cuando en realidad cambiaron la historia.

Seguía lloviendo y seguíamos cansados y  seguíamos molestos, hasta que recordé las palabras de mi hijo, “los locos cambiaron  la historia”.

Fue  entonces que se me ocurrió lo siguiente.

-¿Que les parece si tiramos los paraguas y corremos bajo la lluvia? Nos  mojaremos mucho y será muy  divertido.

Y así lo hicimos, tiramos los paraguas, caminamos y corrimos bajo la lluvia, mojándonos y riéndonos de nosotros mismos, de los demás, de la situación. Mi hijo más pequeño dijo.

¿Que les parece si nos quitamos los zapatos y nos arremangamos los pantalones.

Bueno dijimos y así lo hicimos.

El mayor de mis hijos le dice a un señor con cara de preocupado.

-Señor tire el paraguas y venga con nosotros dudó un instante, hasta que se decidió, tiro el paraguas e empezó a disfrutar de la lluvia en la cara.

Unas chicas que pasaban en la vereda del frente, nos imitaron, y otras,  y otros, y fueron  muchos corriendo  bajo la lluvia,  mirando al cielo y disfrutando, fue algo tan hermoso sublime, natural.

Llegamos a casa mojados, pero  felices con la experiencia.

Nos bañamos, mi esposa sorprendida pregunta. ¿Qué le paso?, ¿Están locos?

-No, dijo uno de mis hijos, hicimos cosas de locos…

Esa noche, mientras descansaba recordé las veces me escondí debajo de un paraguas, pensando que era la mejor opción, cuantas veces el refugio impidió  mi visión.

Recordé a  mi viejo profesor de Tácticas y Estrategias el Coronel Camblor y sus consejos sobre la audacia, sobre la iniciativa, sobre la ofensiva.

Ya avanzada la moche me dormí,  contento y convencido de que haciendo cosas de locos podemos ser más eficientes y también más felices. LUIS ALBERTO.

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