viernes, 22 de abril de 2011

Herramientas

El Abuelo Angelino era un ser muy querido, todos en el barrio lo conocían, podría decirse que era una especie de arregla todo, pero realmente “todo”, desde problemas técnicos, siguiendo por los sentimentales o económicos, sencillamente tenia solución para todo, siempre después de hablar con el las cosas estaban mucho mas claras.

Cuando algo andaba mal, generalmente se decía. -Llámalo al Albuelo Angelino, el sabe, seguro que lo arreglara.

Me parece verlo con su cajita de herramientas, que era un todo un misterios. Dentro de esa caja podría encontrase cosas tan inexplicables como sorprendentes.

Siempre igual, aparecía de repente, como viniendo desde las sombras, casi sin hablar se disponía a la tarea encomendada.  Al finalizar siempre igual. – ¿Cuanto le debo Abuelo? -Nada, era una pavada, no era muy importante.

Nunca lo escuche quejarse o lamentarse por algo. Siempre convencido que todo tenía la solución. Verlo trabajar era otra delicia, alegre y relajado, sin presiones, tarareando un canción o hablando pausadamente.

Al regreso del colegio pasar por la casa del Abuelo Angelino era casi una obligación, siempre con algún regalito, podía ser un caramelo, un juguete extraño,  una anécdota o al menos chiste, pero no se salía de su casa sin llevarse algo.

Una de esas tantas tardes que regresaba del colegio, lo vi al Abuelo Angelino, sentado en un pequeño banquito de madera limpiado su cajita de herramientas, una manta tendida en el piso y todas sus herramientas desparramadas, no era la cantidad la que llamaba la atención, sino la diversidad, tenía de todo, cordones, pinzas, monedas, alambres, juguetes, diarios viejos, y otras cosas raras.

Saludé tímidamente. -Hola abuelo, ¿cómo estas?
–Bien.

–Siéntate y ayúdame con mis herramientas, te puedo enseñar a usarlas. Acepte entusiasmado, el Abuelo Angelino me enseñaría a usar sus herramientas, era algo fantástico.

-¿Cómo sabes tanto? ¿Como haces para encontrar solución a todos los problemas?

Sonrió y diciendo suavemente. -No creo que sea tan así, no creo poder solucionar todos los problemas, simplemente trato de encontrar las herramientas necesarias para solucionar problemas y dificultades, es muy importante tener fé.

-Abuelo, ¿Cómo encuentro las herramientas? -¿Cómo se buscan?

-La mayoría de las herramientas están a la vista de todos, no existen cosas inútiles, todas las cosas tienen valor, debes encontrar el por que y el para que están. El cuando o la oportunidad vendrá después y eso no dependerá de ti, simplemente aparecerá y cuando suceda debes contar con las herramientas necesarias. Entonces no habrá imposibles en tu vida.

-También debes saber que estas herramientas solo serán útiles si solucionan problemas, los tuyos y los ajenos, porque en esta vida ningún problema es totalmente ajeno, todos compartimos este universo, por lo tanto el problema del otro es también tu problema
-Todo sirve… todo sirve como herramienta… Si sobra algo, es porque en algún lugar falta algo.

Es así de simple, así de lógico.

Comenzó a guardar sus herramientas, del bolsillo saco dos figuritas y me las regaló, eran extrañas.

-Toma Luisito estas figuritas las tenía para vos hace mucho tiempo. Me hizo sentir importante. –Gracias abuelo…todo sirve…en la solución de problemas, todo sirve como herramienta.

Nadie sabe que fue de la vida del Abuelo Angelino, simplemente un día nadie mas lo vio o tal vez nunca se fue. Son esas cosas de Dios, para que tengamos esperanzas de encontrarlo algún día con su cajita de herramientas, tarareando una canción, solucionando problemas, curando penas, sanando almas. LUIS ALBERTO.

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