miércoles, 20 de abril de 2011

El arte de delegar

Delegar significa liberarse del exceso innecesario de trabajo y disponer de más tiempo para dedicarse a lo realmente importante. Además permite optimizar a la organización y mejorar su potencial aumentando la eficacia y la eficiencia del personal.

Muchos Jefes temen delegar porque creen que pierden el control. Cuando en realidad delegar no implica perder la dirección ni mucho menos el control, por el contrario, al delegar, estamos otorgándoles responsabilidades a otros que tal vez puedan alcanzar el objetivo en forma más eficiente. Reservándose la decisión final, porque, si algo sale mal, el Jefe será el único responsable, ya que la responsabilidad es indelegable.

Para poder delegar, el jefe debe desarrollar las habilidades necesarias para ver y entender la real necesidad. En principio debe entender que delegar significa  mucho más que ganar tiempo, Debe ayudar a visualizar mejor las oportunidades, perfeccionar la idea del trabajo en equipo y detectar potenciales riesgos, aumentando de esta forma la capacidad de la organización.

Un Jefe, antes de delegar,  debe conocer algunas pautas básicas.

1. Primero y antes que nada, debe conocer perfectamente la Misión de la organización (si no sabe hacia dónde va, es muy difícil saber que puede llegar  y menos donde).

2. Posteriormente, debe definir el trabajo (tarea), que le permita alcanzar el objetivo (propósito). Esto le permitirá conocer modos de acción, encontrar caminos alternativos, atajos y por supuesto, tomar conciencia de que puede alcanzar un objetivo a través de una propuesta no solo convincente sino conociendo el riesgo residual.

3. Debe elaborar una propuesta de trabajo e identificar a  quien o a quiénes va a delegar la tarea, (la persona o grupo más indicado).  Si bien se buscara delegar en  las personas más capaces e inteligentes, se buscara también aprovechar la experiencia y la capacitación específica, ya que no  tiene sentido delegar en quien no corresponde, o que implique desaprovechar  su talento y su capacidad, es conveniente hacerlo en la persona o en el grupo mas indicado, que estén más identificados con los fines y propósitos comunes.

4. Debe fijar los parámetros. La persona o equipo de trabajo debe conocer toda la información necesaria respecto a la tarea y al propósito de la Misión,  el tiempo que dispone, lo que se espera de el, por qué y fundamentalmente qué autoridad tiene.

5. Debe aportar ideas y enfoques que lo orienten, permitiéndole expresar libremente sus ideas y proyectos, de cómo piensa alcanzar el objetivo, eso lo ayudara a estar seguro de que ha entendido bien lo que tiene que hacer, como y por qué. Sin quitarle la libertad de acción necesaria.

6. Seguir  de cerca los avances alcanzados, permitiéndole realizar consultas con el fin de evacuar dudas, corregir detalles o cambiar  acciones y si es necesario, realizar las correcciones necesarias, sin perder tiempo en trivialidades. Todo seguimiento debe ayudar a mejorar la confianza en la organización y motivar adecuadamente.

7. Cuando haya finalizado la tarea, prepare una evaluación. Si lo merece, felicítelo y alabe su esfuerzo. Tenga en cuenta que aunque el resultado no fuese el esperado, siempre hay algo positivo.

Conociendo los principios básicos para delegar, sólo  queda hacerlo, al menos, en la medida que se pueda, no como una forma de sacarse de encima trabajos que no nos gusten o que no tenemos tiempo para realizar. Sino como una excelente oportunidad para mejorar sus habilidades como líder  y que pueda ayudar  a crecer su estructura.

En síntesis, el delegar, es buscar una mejor  capacidad de respuesta, para obtener mejores resultados. LUIS ALBERTO.

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