jueves, 28 de abril de 2011

Comandos

Caminaba  lentamente, velando  el sueño de mis camaradas, mi mente repasaba momentos vividos que ahora eran parte del pasado, pensaba, cuarenta y dos camas, que increíble,  éramos tantos, ahora solo unos pocos.
De repente escucho una voz, alguien me saluda. Era Darío, un excelente compañero.

-Mañana egresamos, seremos Comandos, expresó. ¿Cómo pasa el tiempo? -Si, contesté, todo llega y todo pasa., dijo un conocido poeta.

Como meditando desde lo más profundo, repitió, mañana egresamos….

–Algunos dirán que somos los mejores soldados, los más entrenados, los que no le temen  a nada ni a nadie.

-Sin embargo, yo no estoy seguro de eso, tuve muchos miedos y tremendas dudas, cuando el hambre, el sueño o el frío golpearon,  me costó pensar en alguien más, que no fuera en mí.

En los momentos difíciles, solo quería que mi tortura terminara. No puedo decir hoy que soy el mejor, no debo, no sería justo conmigo.

-Sabes hermano, creo que la cosa no pasa por ahí, lo cierto y concreto es que hoy sabemos cuan débiles somos y cuantas veces podemos levantarnos desde el mismo infierno, no se si somos mejores o peores,  pero si conocemos del valor que se necesita para vencer al miedo.

-Tampoco creo que eso nos convierte en mas valientes o en mejores, somos solamente seres humanos que conocimos muestras miserias y a la mas despreciable, la mendicidad y aprendimos a luchar contra ella.

-Todo lo demás que lo analicen  aquellos que dispongan del tiempo necesario,  tampoco estamos obligados a estar de acuerdo con ellos.

Darío, gran soldado, mejor camarada agregó, brindemos por eso entonces y que el destino nos reúna en algún tiempo de nuestras vidas….Y el destino nos reunió, allá lejos, en el Norte Comandando  históricas unidades, derrotando nuestras miserias.  Derrotando nuestros miedos. LUIS ALBERTO.

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