viernes, 14 de diciembre de 2012

Ser Líder y ser protagonista

La primera función del Líder es el compromiso, eso se llama pertenencia. La segunda función es la toma de decisiones en tiempo y espacio, eso se llama oportunidad. Y la tercera función es hacerse cargo de las decisiones adoptadas, eso se llama responsabilidad.

El tomar decisiones con sentido de pertenencia, oportunidad y responsabilidad, nos convierte en verdaderos protagonistas ante cualquier situación de crisis, es acallar las voces de los que solo gritan e intentan confunden con el ruido, es volver a confiar en el corazón y en las tripas, es poner al coraje en acción.

Ser Líder y ser Protagonista es ponerse al volante de las cosas y dar los giros necesarios que la vida necesita, es liderar los procesos personales con la templanza suficiente y la prudencia adecuada, con la fortaleza requerida y la sabiduría necesaria, asumiendo la crisis sin caer en el caos, maniobrando la acción sin abrir frentes innecesarios, porque el Líder protagonista sabe que es el señor del tiempo y amigo del orden.

También sabe y comprende que ninguna crisis es eterna y que siempre se puede volver a ser. Es mas, sabe que la crisis es parte del crecimiento.

El Líder cuando es protagonista, recuerda siempre que el ego se apoya en el caos y en el drama para paralizar e impedir cualquier crecimiento o cualquier renacer. Porque el ego necesita anunciar que todo va a salir mal.

Por esa razón, Líder amigo. ¡No escuches esa voz!... Porque es la voz de un sistema perverso, pertenece a la cultura del miedo, de los que  encarcelaron durante siglos a quienes creyeron en sus convicciones y amaron a la libertad, a la libertad del espíritu, la que nace, crece y se desarrolla dentro de la de la naturaleza misma, la del amor, del orden.

Por esa razón, Líder por elección o Líder por organización, sé siempre protagonista. Porque nadie más que que tu sabe lo importante que son las decisiones en libertad, porque sabes de la trascendencia de tus ordenes y tus acciones, sabes tanto de silencios como de ruidos, tanto de soledad como de miedos, tanto de derrotas como de triunfos.

Por eso también Líder amigo te recuerdo, ¡Sigue tu camino!, ese camino dificil pero grandioso, el de tus padres, el del honor y la gloria. ¡Sigue tu ruta!, creyendo en tu destino. Y cuando la duda te invada, apóyate en aquellos otros líderes, los que aún estando en los peores momentos de su historia, rompieron el molde y salieron a flote. Recuerda las palabras de Víctor Frankl, sobreviviente de los campos de concentración de Auschwitz y Dachau, “La última de las libertades humanas, la que no pueden quitarte jamás, es la de elegir tu propio camino”. LUÍS ALBERTO.

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