Para poder adoptar buenas decisiones, a todos los títulos, conocimientos y capacidades adquiridas debemos sumarle credibilidad en nuestras decisiones.
Para ello juega un papel preponderante la comunicación, que al igual que en la toma de decisiones, siempre estamos comunicando, es mas, es imposible no hacerlo, el hecho mismo de no querer comunicar es en si una comunicación.
Aristóteles dijo que “la realidad es la única verdad”. Para lo cual debemos aprender a pensar. Lo real no se presenta como en el texto, hay que descubrirlo con inteligencia.
Einstein dijo “la imaginación es más importante que el conocimiento”. Es muy común ver que profesionales disientan sobre un caso, aunque hayan estudiado del mismo texto. La diferencia está en cómo pasan del texto al contexto, de la teoría a la práctica.
Es importante entender que la comunicación no comienza en la oratoria sino en la escucha, si tenemos dos orejas y una sola lengua, es para escuchar el doble de lo que decimos. Es elemental preguntar antes de exponer. Suele decirse que el que habla sin escuchar se arriesga a decir lo que al otro no le interesa o bien puede equivocarse y mal.
Si escuchar es vital, observar es primordial, para poder identificar evaluar y valorizar eficazmente al interlocutor o interlocutores, primero debemos entender muy bien el contexto que nos rodea, recién después iniciar la búsqueda de una solución.
El verdadero proceso de la comunicación eficaz, se logra capturando la atención, despertando el interés, armonizando los hechos, las emociones, las ideas y los deseos del otro.
Pero debemos tener cuidado con la abstracción, esta puede operar como un filtro mental, admite algo y rechaza el resto, convalida una simple hipótesis con un saber relativo, puede interrumpir el pensamiento.
Cuando se ve sólo lo que conviene ver, si no hay una verdadera apertura a la realidad, y si no se le pone pasión e inteligencia emocional a cualquier idea o proyecto, es probable que nos quedemos a mitad de camino.
Por ultimo solo resta pasar a la acción, porque toda buena idea si no va seguida de la acción es solo una hermosa teoría. LUÍS ALBERTO
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