lunes, 19 de junio de 2017

La Integridad




A pocos días de celebrar el día del padre, me queda en la memoria una de las palabras más escuchadas. Integridad. “Mi padre era  o mi padre es, un hombre íntegro”.  “Honesto, hombre de principios, valores y virtudes”.
Sabemos muy bien lo que nos genera esa persona de la que tenemos la opinión integro. Este tipo de individuos nos da tranquilidad, nos genera confianza. Sabemos que si nos dice algo nunca nos va a mentir, que si se compromete  va a cumplir. No obstante es sencillo encontrar una definición sobre la integridad.  Este concepto define un conjunto de  conductas que consideramos altamente significativas y valoradas.
La integridad se resume en tres conceptos. Primero ser auténticos con nosotros mismos. Segundo ser auténticos con los demás y tercero hacer lo que decimos o decidimos hacer. La integridad no es una idea es fundamentalmente acción, se es auténtico o no se es.
El ser autentico con nosotros mismos nos llevara siempre a aceptar los hechos tal cual suceden, nos duela o no. Jamás ser negados de la realidad, evasivos. Ser veraces con nosotros mismos y reconocer cuando nos equivocamos. “Solo la verdad los hará libres dijo Jesús” . La verdad siempre abre puertas,  aceptar nuestra ignorancia o nuestro desconocimientos sobre aspectos de nuestra vida, es la más grande prueba de nuestro crecimiento.  Solo aprendiendo,  registrando y reconociendo nuestros miedos podremos superarnos.
En cuanto a ser autentico con los demás, da cuenta de actuar honesta y sinceramente con nuestro entorno social,   es uno de los vínculos más sinceros y es un pilar  fundamental para cualquier tipo de relación humana.
Otro cimiento crítico y vital, para cualquier persona es ser sincero con los demás, refiere a no ocultar nunca nuestros principios, valores, virtudes. Siempre ser autentico generara sinceridad y no hay otra técnica superior como el ser sincero,  honesto y claro, que afiance la confianza.
Lo mismo sucede entre el tercer componente de la integridad. Llegar a la acción. Hacer lo que hemos dicho que haríamos, nuestra capacidad de acción es justamente eso, hacer lo que dijimos que haríamos. Todos sabemos la diferencia que existe  entre coordinar acciones con alguien en quien confiamos, que va a hacer  exactamente  aquello que  promete y con alguien que no. Hacer lo que hemos dicho que haríamos implica nuestro compromiso y honra nuestras palabras. LUIS ALBERTO

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