El ser líder
cambia tu actitud, antes, basabas tu éxito en el desarrollo personal, pero el día que te conviertes en líder todo
cambia. Porque ser líder es crear, conducir,
evaluar y desarrollar. El equipo debe creer en su líder. El líder genera
y da confianza.
El líder reúne a
los mejores. No a los mejores individualmente sino los mejores del equipo. Acá se
diferencian los mejores de los mercenarios. Existen muchas formas de
encontrar buena gente y evitar la
aparición de mercenarios. No es cuestión de buscar “títulos”, la gente buena ascendiente por méritos propios y por el reconocimiento
de sus camaradas. Tal vez pierdas grandes profesionales, pero que no están dispuestos a pasar por la fase de la evaluación
del líder, por “el ojo del líder”, aquellos que se ganan un lugar dentro de la
estructura.
Todos sabemos
que lo que más nos cuesta es lo que más queremos, todos hemos años y algunos
muy duros, todos conocemos el
camino que hay que recorrer para ser un
gran profesional, sabemos. Por tanto y resumiendo lo anterior, crear y desarrollar un equipo de confianza y
de futuro es para mí la principal labor de líder.
Como líder
tienes que conseguir que la gente se involucre contigo en el proyecto, pero
para ello debes de usar el poder de la fe y contagiar al equipo. Contagiar de
fe y optimismo al equipo, saber gestionar el poder del fracaso es algo muy
importante en este punto, pero no solo tú fracaso personal, sino el del grupo o
los integrantes del grupo. Tienes que estar ahí para compartir los éxitos con
el grupo y asumir como propios los errores, ayudando a que la gente desarrolle
el poder del fracaso.
Existe algo
básico para el desarrollo de un equipo y es celebrar los triunfos, no hay nada
que una más a un equipo que los triunfos. ¿Porque se celebran los goles de una
manera tan efusiva en un partido de fútbol? Debemos unir al equipo celebrando
los éxitos, nos hemos acostumbrado en el mundo empresarial a considerar los
éxitos como algo habitual, nos cuesta celebrar los actos bien realizados por
nuestro personal, y olvidamos que no hay cosa que una más que la victoria
celebrada.
El buen líder
por tanto sabe premiar y tiene que saber formar a su equipo, el equipo tiene
que tener muy claro lo que está bien y lo que está mal, y que debe de hacer en
cada momento. La formación es algo básico si queremos un equipo motivado, de
futuro y que sepa lo que tiene que hacer en cada momento. Para conseguir cosas de su equipo el líder
tiene que saber preguntar.
El líder no tiene por qué
estar todo el día con el equipo tiene que saber cuándo marcharse. LUIS ALBERTO.
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