Nunca digas, somos los últimos de una generación que amaba
su historia, honraba sus ancianos, respetaba a sus padres, amaba su historia.
Nunca digas “la juventud está perdida”, porque no respetan
y no valoran, porque se olvidaron de Dios y se perdieron.
Porque ellos son también
tu responsabilidad, están muy solos, te necesitan, están asustados, no saben qué
hacer.
Por eso hermano, mejor di convencido y contundente.
Somos los primeros de una generación que volverá a creer,
de una generación con renovados principios y valores, con fortaleza moral.
Somos los primeros de una generación que amara y cuidara
de su patria, honrando a sus padres, a sus ancianos, a su bandera.
Somos los primeros de una generación que multiplicara su
amor al prójimo, aumentando su fe amando
profundamente a Dios.
Somos los primeros de una generación que marchara segura
al frente porque sabe que nada está perdido, solo olvidado LUIS ALBERTO.
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